3 de junio de 2012

Gran Poder, una fiesta con fe y diplomáticos

La fiesta del Gran Poder, la mayor de La Paz, se celebró ayer con un derroche de color, fe, ritmo y folklore a cargo de unos 40.000 danzarines, entre ellos el encargado de Negocios de Estados Unidos en Bolivia, John Creamer, y los embajadores de Alemania, Colombia, Dinamarca y Panamá.

La celebración del Gran Poder nació a principios del siglo pasado con fiestas indígenas en barrios populosos, pero se convirtió en un desfile folklórico alrededor de 1940.

Las 64 fraternidades recorrieron 8 kilómetros bailando diversas danzas desde el barrio Garita de Lima, en el noroeste de la ciudad, hasta el centro de La Paz, en devoción al patrono de la fiesta, el Señor Jesús del Gran Poder.

Esta fiesta es también conocida como la Fiesta Mayor de Los Andes.

64

Fraternidades

Además de la morenada, la muestra incluyó la tradicional danza de la diablada, el emblema del famoso Carnaval de Oruro, la llamerada, los incas, caporales, tinkus, el pujllay y los suri sicuris, entre otras que reflejan la diversidad del folklore de Bolivia. La Gobernación de La Paz y la Asociación de Conjuntos Folklóricos Jesús del Gran Poder firmaron un convenio para impulsar la declaratoria de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Un mes de ensayo en la fraternidad Señorial Illimani

La fraternidad de los diplomáticos, que ensayaron cuatro veces por semana durante un mes para participar en la fiesta, fue de las primeras en desfilar y una de las más esperadas y aplaudidas.

Creamer y el embajador alemán Philipp Schauer, la colombiana Martha Cecilia Pinilla, el danés Morten Elkjaer y el panameño Afranio Herrera se unieron a la fraternidad Señorial Illimani, una de las más antiguas de La Paz, para bailar la morenada.

Los embajadores vistieron pesados trajes de "morenos", matracas y máscaras de metal. Pinilla, peinada con dos trenzas, se vistió como las emblemáticas cholas paceñas, con pollera borgoña con bordados plateados, una elegante blusa, bombín y botas, todos de color plata.

La representante de la ONU en Bolivia, la japonesa Yoriko Yasukawa, y otros embajadores aplaudieron al bloque diplomático cuando pasó frente al palco de honor en el Obelisco.

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