Miles de animados espectadores esperaron pacientemente, desde el medio día, que comience el Corso de la Zona Sud y después, pese a los “baches” entre comparsa y comparsa, premiaron con sus aplausos a todos los participantes.
Los conscriptos de las unidades militares, una vez más, deleitaron a los vecinos y visitantes que asistieron a la entrada, que representa una de las últimas actividades del programa carnavalero municipal.
También fue sobresaliente la participación de comparsas de los diferentes barrios de la zona, con divertidos y coloridos disfraces y en otros casos entonando alegres y picarescos taquipayanacus.
Este año, se restringió notablemente el juego con globos de agua y el consumo de bebidas alcohólicas.
DEMORA Organizadores del Distrito 5 indicaron que no podían sancionar a las comparsas retrasadas porque cuesta bastante ganar mayor participación, año tras año y si se multa a quienes se presentan, se acabará con el Carnaval de la zona sud.
Aunque no habrá sanciones, los miembros del jurado tomaron en cuenta este aspecto.
VIGILANCIA. Durante el Corso hubo vigilancia policial, pero también la Intendencia Municipal y el Departamento de Actividades Económicas del municipio participaron en el control.
Se presentaron algunos problemas por vecinos que no pagaron por el espacio para sus sillas, cantidades entre 40 y 80 bolivianos. En todo el recorrido del Corso las personas aportan en un 70 por ciento con el pago de sitios, informó José Veizaga, jefe del Departamento de Actividades Económicas.
La Defensoría de la Niñez de las OTB San Juan Bosco (ex Villa México) y Alejo Calatayud estuvo presente con patrullajes en la zona y un puesto fijo.
Por su parte la Intendencia Municipal realizó arduos operativos para decomisar bebidas alcohólicas, globos con agua y espumas y de esta manera precautelar por la seguridad de los participantes y espectadores.
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