Fraternidades de Arequipa, Perú, Beni y el Chaco debutaron en la entrada carnavalesca paceña.
La decimonovena versión de la entrada del Jisk'a Anata (pequeña fiesta) recuperó ayer la tradición del Carnaval paceño al ritmo de casi medio centenar de conjuntos autóctonos que interpretaron danzas folclóricas, mientras recorrían por las principales calles y avenidas de la ciudad de La Paz.
Al son de zampoñadas, suri sicuris, kullawadas, sayas afrobolivianas, tarkeadas, ch'utas, kusillos, jach'a wacas, mohoseñadas, varias agrupaciones llegaron desde distintas provincias, el interior y el exterior del país bailaron a lo largo del trayecto desde la avenida Montes y proximidades del estadio Hernando Siles.
Al rescate de la cultura. El Oficial Mayor de Culturas, Wálter Gómez, abrió ayer cerca de las 12.00, el Jisk'a Anata 2013, organizado conjuntamente por la Sociedad Andina de Conjuntos Folclóricos (Soacof).
“El Jisk'a Anata es una fiesta para rescatar las danzas bolivianas, que son parte de nuestro patrimonio, un encuentro de diálogo cultural entre las comunidades del campo y la ciudad”.
Una de las agrupaciones que llamó la atención del público fue la Asociación Ballet Folclórico Educación Arequipa, Perú, y el debut de las fraternidades Chamar, de Rurrenabaque, y Sangre Chaqueña, de esa región del sudeste nacional. Al igual que en versiones anteriores, se invitó a distintas fraternidades de provincias de los nueve departamentos.
El Jisk'a Anata se organiza para agradecer a las deidades ancestrales y a la Pachamama por las buenas cosechas y se caracteriza por la presencia de las comunidades campesinas e indígenas que muestran a la población citadina sus cultivos.
46 conjuntos autóctonos participaron, ayer, en el Jisk'a Anata 2013.
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