No es un Carnaval más como el resto del mundo, que se festeja al Rey Momo; el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, es una manifestación cultural cuya esencia principal es la devoción a la Virgen del Socavón, cuyos devotos le rinden pleitesía con el sacrificio de la danza por cuatro kilómetros de recorrido.
La Virgen del Socavón es conocida también como la Patrona de los orureños, la Patrona de los mineros ó la Virgen de la Candelaria, porque en su mano derecha lleva una candela.
Si bien no existe una fecha concreta de su aparición en la Villa de San Felipe de Austria, actualmente ciudad de Oruro, las leyendas se remontan al Siglo XVIII, cuando en la ermita del Socavón en el cerro Pie de Gallo, fue encontrada a la cabecera de un personaje denominada como Chiru-Chiru de quien decían era un ladrón bueno, cuyas riquezas las repartía a los pobres.
A esa teoría de la aparición, también surge en 1789 la versión del cura Carlos Borromeo quien recibió la confesión de Anselmo Belarmino, conocido como el temible Nina-Nina, de quien dicen era un bandido que asaltaba a los ricos para entregar sus riquezas a los pobres, pero cuando intentó robar el tesoro que él consideraba como el más grande, el amor y corazón de Lorenza Chuquiamo una nativa de la Villa, fue herido de muerte por el padre de ésta. En su auxilio acudió una dama misteriosa que se conocería como la Virgen del Socavón.
Un relato más antiguo y que se remonta a la época de los Urus, antes de la conquista española es la invasión de las cuatro plagas enviadas por Huari (víbora, hormigas, sapo y lagaro), que intentó someter al pueblo Uru, sin embargo, los nativos fueron salvados por una Ñusta que apareció del cielo para matar a las bestias.
Fue desde esos instantes el culto a la Virgen del Socavón, ya que de acuerdo a la transmisión oral. Se dice que los Urus decidieron disfrazarse de diablos para satirizar a Huari y bailar en honor a la Ñusta; y en el caso de los dos anteriores relatos, Nina-Nina y Chiru-Chiru se cuenta que los mineros son los que asumen rendir pleitesía a la Virgen del Socavón cada 2 de Febrero, día de la Virgen de la Candelaria.
Pero, como en la mina, los jefes no les daban permiso ese día, decidieron trasladar la fiesta para los días movibles del Carnaval de acuerdo al calendario Católico.
Esa fe y devoción hacia la Mamita del Socavón no cambió, por el contrario, fue creciendo y con el paso de los siglos, se constituyó como la celebración más importante del Carnaval de Oruro y que hoy miles y miles de danzarines vivirán con intensidad, cuando hagan su recorrido por el lapso de cuatro kilómetros, ofreciendo a su Patrona, el sacrificio de la danza, además de hacer peticiones personales, por la familia, la salud y otros, que se consolidará cuando pasen de rodillas ante el altar de la Virgen del Socavón.
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