Cohetillos, confites, vino y serpentina son los principales elementos que invaden calles y comercios de la ciudad. Cada hora que pasa es vital para aprovisionarse de los elementos de festejo, y es que la Pachamama está lista para recibir un banquete este martes, el cual puede costar desde cinco hasta 70 bolivianos.
El precio de los paquetes de ch’alla fluctúa según la preparación e imaginación de la casera, cuyo gremio ya tomó las calles comerciales de La Paz.
Cada año, el Martes de Ch’alla, el festejo central del Carnaval boliviano, es el día en que campesinos y citadinos agradecen a la Pachamama (Madre Tierra) por los bienes materiales recibidos durante el año que pasó, desde el Carnaval anterior.
Comercio. Jimena Canaza, vendedora de estos productos en el barrio de Villa Fátima, explicó que estos días se registra un gran movimiento económico, porque desde el viernes anterior al Martes de Ch’alla “mucha gente viene a comprar lo principal para adornar sus oficinas y sus casitas, por lo que tenemos venta hasta casi las diez de la noche del lunes”.
Los comerciantes ambulantes o aquellos que cuentan con puestos fijos exhiben los productos carnavaleros muchas veces recurriendo a la creatividad para lograr la atención de los clientes.
La novedad son los rostros de personajes políticos que adornan a los pequeños pepinos fabricados de nailon y van junto a las cholitas del mismo material que tienen caras de modelos
conocidas.
Paquetes. Según Canaza, los costos se mantienen con relación a años anteriores. Los puestos de venta muestran “paquetes de ch’alla” y el de cinco bolivianos tiene lo esencial, es decir, cohetillos, serpentinas y confites.
Otros paquetes más completos llegan a costar 70 bolivianos y contienen cohetillos, serpentina, confites, vino de ch’alla, adornos para la casa u oficina, globos, semillas y diez variedades de pétalos de flores.
La vendedora explicó que la gente que acude a comprar estos objetos pregunta el significado de cada uno de ellos, esto para atraer la buena suerte y ahuyentar los malos deseos. Las personas que tienen alguna construcción, según la comerciante, deben llevar flores y arreglos de colores para un buen augurio.
26 bolivianos cuesta el paquete intermedio para realizar la ch’alla. Éste contiene nueve productos diferentes.
En la ch’alla se ofrece mesa a la pachamama. La mesa, que es una ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra), puede costar desde los 25 hasta 250 bolivianos, según los elementos que contenga.
Son variadas, pues se las prepara según el pedido. Para tener dinero, amor, un bien material y protegerse contra la envidia. Cada mesa, según su clasificación, contiene dulces en forma de botellas, llamas, casas, autos o billetes. Es complementada con lanas de colores, cebo de llama, nuez, pan de plata y oro, el titi mullu (pelo de gato montés), hierbas aromáticas^, como la wira o k’oa, incienso y copal.
VENTA DE MESAS
Éstos son algunos de los puntos de venta de mesas de ofrenda a la Pachamama.
COMERCIO
Mercado de las brujas o chifleras en la calle Linares
Mercado de Villa Fátima, en la zona del mismo nombre.
Calle Rodríguez, en la zona norte de la ciudad.
Mercado de Villa Dolores, en la zona sur de El Alto.
Elementos para el martes de ch’alla
El Carnaval en Bolivia está lleno de rituales que varían de acuerdo con el contexto. Uno de los rituales más conocidos en el territorio nacional es el de la ch’alla que, según algunos historiadores, significa “rociar”.
Los campesinos celebran este día con música autóctona, y echan flores a sus cultivos y adornan a sus animales, como agradecimiento a la tierra.
Según la tradición, los cohetillos sirven para ahuyentar la mala suerte por el ruido que emiten.
Precio: Dos paquetes en 5 bolivianos.
Los confites, según cuentan, sirven para atraer la buena suerte y lo dulce de la vida.
Precio: De 2 a 10 bolivianos la bolsa.
Doradas y plateadas. Las semillas de quinua, haba, trigo y la nuez atraen el dinero.
Precio: De 5 a 10 bolivianos la bolsa.
Las flores, en especial la retama, dan paz en el hogar y un aroma agradable y especial.
Precio: De 2 a 10 bolivianos la bolsa.
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