Tanto danzarines como espectadores que en número superior a las 700.000 personas, soportaron las contingencias del variable clima del altiplano boliviano, con un intenso sol por la mañana, nubarrones y lluvias por la tarde, para terminar con temperaturas muy bajas por la noche. La Fiesta del Gran Poder, como se llama en el léxico común, se mantuvo danzando sobre la calzada incólume e impertérrita.
Desde tempranas horas, las autoridades de tránsito y del gobierno municipal organizaron el flujo vehicular que, de todas maneras, quedó parcialmente paralizado en especial, en el centro urbano. Sin embargo, el servicio del transporte público no fue suspendido, en especial, de y hacia la ciudad de El Alto.
Las fraternidades iniciaron su recorrido a partir de las 06.00 de la mañana del sábado, comenzando en la zona del Cementerio General, descendiendo por la Garita de Lima, Vicente Ochoa, Max paredes, Buenos Aires para llegar a las puertas del Santuario del Señor Jesús del Gran Poder y continuar por la Illampu, Pando, Montes, avenida Mariscal Santa Cruz, Camacho, Simón Bolívar, paras terminar en el Parque Roosevelt de la zona de Miraflores.
De alguna manera, se presentaron una serie de dificultades que las calificaron como muy naturales, toda vez que la fiesta andina concentró la mayor cantidad de personas para situarse en calidad de espectadores, devotos y curiosos, llenando de gente las calles del centro urbano de La Paz.
El comandante de Tránsito, Ramiro Venegas, dijo que desde las primeras horas de este sábado se procedió al corte de rutas y se desplegó los controles de seguridad para evitar que conductores en estado de ebriedad circulen por las calles.
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