La entrada universitaria este año contó con la participación de 67 fraternidades, de las cuales, cuatro eran conjuntos invitados, 27 eran de música y danzas autóctonas y el resto eran bailes clasificados como pesadas y livianas de diferentes partes del país.
El evento, reconocido como patrimonio cultural de Bolivia, hizo gala del colorido plumaje de los suri sicuris y del cadencioso movimiento de la mohoseñada y la llamerada andinas, que fueron parte del espectáculo autóctono en la Entrada.
De esta manera, el espectador pudo disfrutar de 39 comparsas folklóricas como los tinkus, la morenada o la diablada, entre otros, que mostraron con energía las diferentes danzas del país. “Año tras año vamos rescatando las danzas más autóctonas. Además, queremos demostrar que estas danzas son de Bolivia. No solamente bailamos, lo más importante es hacer las monografías, fruto de un trabajo de investigación”, señaló Heriberto Cuevas, responsable de la comisión de cultura.
Así, el evento contó con la presencia de cuatro grupos de bailarines que ofrecieron danzas nuevas, rescatadas históricamente. El amor tacana, por ejemplo, danzado por la sede universitaria de San Buenaventura, representó las costumbres y el coqueteo de los ancestros del oriente boliviano.
También se rescató la tonada y vestimenta andina con los jupha jawquiris del Taller Cultural de Naciones Originarias, los potolos de la carrera de Estadística y los pakhochis de Psicología, tres danzas autóctonas de la región andina del país.
Hubo una gran cantidad de espectadores; sin embargo, a pesar de que la comisión encabezada por el gobernador de La Paz, César Cocarico, inició la Entrada sólo con 20 minutos de retraso, el primer conjunto de danzarines hizo esperar más de 45 minutos al público. Con 67 comparsas, el evento finalizó más tarde de lo previsto. Sin embargo, una vez iniciado el recorrido, el ingreso de las comparsas fue continuo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario