De los 30.000 bailarines, 4.000 danzaban morenada y los demás, otras danzas, aunque en menos cantidad. Con cuatro comparsas, la moseñada fue el segundo baile con mayor cantidad de integrantes y siguieron la kullawada, el kantus y el pujllay.
También hubo grupos de quena quena, collavinos, saya, auqui auquis, chunchos y tarqueada.
La fraternidad que inició el recorrido fue la de la provincia Larecaja, al ritmo del karwani. Los danzarines iniciaron su paso por las 20 cuadras del recorrido luego de la misa ofrecida por el sacerdote José Montero.
Las avenidas Juan Pablo II, Alfonso Ugarte y 16 de Julio, por donde pasaron los danzarines, estaban adornadas con banderas bolivianas. Las vías se transformaron en mercados de comida, ya que se podía encontrar diversos platos, como caldo de cardán, pollo frito, chicharrón y pipocas de pollo, entre otros. Además, los comerciantes ofrecieron cerveza y tragos preparados.
Los espectadores pagaron entre diez y 60 bolivianos por un espacio en la gradería. El precio subía a mayor cercanía del palco municipal.
C omo muestra de fe, los bailarines se persignaban cuando pasaban frente a la imagen de la Virgen, fuera de la iglesia. “La Virgen espera ver a sus hijos unidos, que se alegren sanamente, que se diviertan, pero sanamente”, dijo el sacerdote.
Al frente de la iglesia estaba el palco de los prestes de este año, los esposos María Suñagua y Gabriel Mamani, quienes muy elegantes saludaban a los danzarines. “Es una gran bendición y orgullo para mi familia porque levanta nuestro apellido”, indicó Suñagua.
El próximo año, el preste de la tradicional festividad alteña pasará a los esposos Victoria Jorge y Genaro Quispe.
Para tomar en cuenta
Norma La Ley 266 del 31 de julio de 2012 declara a la festividad como patrimonio cultural y religioso del Estado.
Iglesia El templo Santa María de los Ángeles es uno de los primeros de El Alto. Fue construido en 1950 y fue denominado así en 1957 por los padres franciscanos y los vecinos.
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