La imagen es llevada en vísperas a Sacaba, donde se encuentra la mayoría de sus devotos y feligreses. Al día siguiente la advocación regresa Arani, a 56 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, donde los peregrinos participan del calvario, en el cerro, donde se cree que apareció la imagen. Unos siguen el camino en pendiente y otros se abren paso por senderos pedregosos. Los devotos compran miniaturas: casas, autos y animales, confiados en que la milagrosa imagen les concederá sus deseos.
Todos los objetos son bendecidos y también se encomiendan a la Pachamama (Madre Tierra) a través de ritos andinos. Los rituales se acompañan con música, bebida y serpentinas. Los más alegres son los que llegan por un terreno y se compran uno de los lotes simbólicos que arman en plena serranía.
El alcalde de Arani, Macario Álvarez, expresó que “el mayor número de feligreses proviene del municipio de Sacaba, sobre todo vienen en familia a celebrar a la Virgen La Bella”. Añadió que este año participaron 50 fraternidades folklóricas.
La imagen de la Virgen está tallada en madera y policromada, presenta un rostro maternal con rasgos autóctonos de una mujer morena. Y como su nombre refleja, es una de las réplicas más bellas de la Virgen María. De acuerdo con la tradición la imagen fue traída de España, hace 400 años, pero, no existen registros que certifiquen este hecho.
Después de la serenata y el calvario se realiza la misa y procesión, en el pueblo de Arani. El cuarto día tiene lugar la kacharpaya o despedida con la entrada folklórica. Por último, el quinto día, tiene lugar el trueque, en el cual los pobladores de los municipios vecinos intercambian sus productos agrícolas. (Se puede ver más en: www.lostiempos.com.bo).
Los orígenes de la tradición religiosa
Según la tradición la devoción hacia Nuestra Señora La Bella o la Virgen La Bella comenzó hace 400 años, en Arani. Su fiesta central es el 24 de agosto y se prolonga durante dos días.
La advocación de La Bella es originaria de Lepe, el sur de España, donde la imagen es venerada desde fines de siglo XV.
Según la leyenda, la imagen apareció a la orilla del río y su imagen quedó plasmada en una piedra, que todavía se conserva en la capilla del calvario. Los informes episcopales del siglo XVII, ya dan testimonio del culto y de la existencia de un santuario dedicado a la Señora La Bella en Arani, conocido en el pasado como el Valle de Cliza.
La imagen de la Virgen La Bella se guarda actualmente en el templo de San Bartolomé. Es considerada una de las réplicas más bellas de la Virgen María, está hecha en madera, es morena y de rasgos autóctonos.
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