El evento en el que se presentarán danzas como los waka wakas, morenada, diablada, llamerada, kullaguada, tinkus, pujllay, entre otros grupos, tiene una particularidad exclusiva: la prohibición del expendio y el consumo de bebidas alcohólicas.
RECORRIDO. La presidenta de la Asociación Mixta de Artesanos, Productores, Expositores Afines al Turismo (AMAPEAT), Edith de Rojas, aseveró que los más de 100 miembros de su organización, respaldan esta expresión de folklore, de la ciudad de La Paz y que, por cuarto año consecutivo, cada agrupación participante está conformada por propietarios y vendedores de las galerías y tiendas artesanales.
"El entusiasmo es colectivo y el bailar sin bebidas alcohólicas permite que los pasos de la danza salgan mejor", comentó la representante y adelantó que el palco oficial tiene previsto instalarse sobre la calle Sagárnaga.
El recorrido de la Entrada se iniciará con la concentración de los bailarines en la calle Santa Cruz, luego proseguirá por la Linares, bajará la Viluyo y terminará en la Sagárnaga, casi esquina avenida Mariscal Santa Cruz.
Según John Osco, representante de la misma organización, "la iniciativa nace con el propósito de fortalecer y promocionar la visita masiva de ciudadanos extranjeros y nacionales a través de actividades culturales y típicas de la ciudad y en honor al Día Internacional del Turismo", informó.
ATRACTIVOS TURÍSTICOS. Según Rojas, en estas calles turísticas "se encuentran objetos artesanales elaborados con materia prima boliviana, instrumentos de cuerdas y viento, textiles de alpaca, además de antigüedades que son apreciados por los turistas que en su mayoría quedan encantados con la riqueza cultural que se muestra en el lugar”; explicó la dirigente.
Las calles del sector, tienen una tradición e historia que se relaciona con las actividades socio-económicas y religiosas de Chukiyawu Marka, ciudad de La Paz.
Algunos historiadores refieren que la calle Sagárnaga, antes denominada calle Chokata, se remonta a la época colonial. Existen registros de que allí vivió, en 1797, un vecino llamado Don Marcos Juan de Dios Villavicencio, el Conde de Chokata, que descendía de la corona española.
Según el historiador Ismael Sotomayor: “Este Conde era un personaje acaudalado, dueño de varios solares de los que obsequió uno para que fuera construida la primera Posada o Tambo donde se alojaran los forasteros pagando un peso". Allí se terraplenó la plaza o atrio de San Francisco, cuya iglesia es hoy un importante atractivo paceño
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