Entradas a caballo, bailes, coplas y juegos con harina recuperaron la tradición carnavalera de los pueblos chichas en el Carnaval de Tupiza. Las fiestas, únicas en el país, recuperaron la tradición participativa del municipio
La Entrada de comparsas congregó el 1 de marzo a las comunidades aledañas, los barrios y la población de la ciudad, capital de la provincia potosina Sud Chichas. Desde media mañana los comunarios de Chifloca, Pilquiza, Estarca, Cornaca, Yurcuma y otros sectores llegaron a la Plaza de la Estación (punto de concentración) al ritmo de erke, caja, anata, bombo y tambor.
¿Los ánimos? como los populares versos carnavaleros: "Diablito toque su caja/ que quiero yo entonar/ estas coplitas que traje/ para este gran carnaval”, que cantaban montados en caballos algunos chicheños.
Algunas comparsas barriales convocaron más de 500 bailarines y músicos que irrumpieron con energía en las calles, avenidas y Plaza Independencia de Tupiza. Unión Chicheña de San Antonio, Rosa Laurel de Remedios, Los Quebradeños”, "Los Jóvenes Quebradeños, Flor de Pueblo Nuevo y otras comparsas dieron no solo un espectáculo visual, sino un derroche de melodías y cantos carnavaleros.
Girasoles, choclos en caña y albahaca contrastaban con los blancos sombreros y las vestimentas de por sí coloridas de las chicheñas -blusas y polleras amarillas, naranjas, lilas, rosadas, verdes-. No faltó el panal de abejas, la "lechiguana”, que simboliza la fertilidad.
En las ruedas, grupos de mujeres se lucieron con las manos extendidas a los costados, arriba y al centro; mientras en las rondas las parejas bailaron tomadas de las manos. De fondo, las batallas de harina que protagonizaban los espectadores.
Con la maestría y sentimiento de los músicos al mando de anatas, cajas y erkes, la fiesta dese despidió hasta 2015 cuando volverá a reunir a los chicheños.
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