En la comunidad de Uruchini del municipio de San Lucas las tradiciones de Carnaval se mantienen. Los preparativos para la gran fiesta inician en diciembre, cuando los hombres sacan sus cajas y quenas para ensayar nuevos temas. Esta costumbre no sólo se practica el fin de semana, sino cualquier día. En esta actividad también participan las mujeres, pues ellas son las que cantan, contó Mario Ávila.
De domingo de Carnaval a domingo de Tentación, dura la celebración con la costumbre de recorrer las casas formando una pandilla al ritmo de cajas, quenas y cantos. Según Ávila, si el grupo de danzarines no llegó a una de las casas de la comunidad, el dueño se vuelve loco o pak’ona porque fue llevado por el diablo. El sonido de las cajas y quenas espantan al diablo que anda suelto, dijo.
Cuando la pandilla crece en número de participantes, repentinamente una persona arroja una canasta de membrillos para comenzar la membrillada, que no es otra cosa que lanzar con fuerza la fruta a los pies del hombre o mujer para que quede marcado y no se lo lleve el diablo.
Al concluir la fiesta en domingo de Tentación, se tiene la costumbre de entregar a una persona a una despensa consistente en toda clase de víveres, que debe devolver el año próximo. Es como un préstamo que puede mejorar dependiendo de la persona que fue elegida.
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