El día jueves de Comadres, la ciudad desde tempranas horas fue adornada por las mujeres que salían a los mercados para comprarse una canasta y llenarla de elementos decorativos, con la finalidad de profesar su amistad a las amigas más cercanas.
Tortas de todos los tamaños eran llevadas por las mujeres que desde que comenzó el día fueron las protagonistas, percibiéndose en el ambiente un toque festivo, ya que en horas de la noche se llevaría a cabo la gran Entrada de Comadres en la Avenida Integración.
Al principio varios hombres comentaban que “las Comadres son lloronas”, esto debido a que el clima indicaba que iba a llover, sin embargo, para el beneplácito de las más alegres, a medida que avanzó la jornada las nubes grises fueron abriéndose para dar paso hasta la tarde, a un sol esplendoroso.
Por la tarde la actividad se concentró en la Plaza Luis de Fuentes, que se llenó de mujeres que bailaron y disfrutaron de su amistad sin limitaciones, sonrientes bailaban y hacían ruedas chapacas, mientras se refrescaban tomando cerveza y mojándose entre sí.
Con las flores adornado sus rostros, las Comadres fueron juntándose en plazas y calles, cada una con su respectivo color en la manta, la blusa y la pollera, acorde a la agrupación a la que pertenecía, también se vio que los hombres mantenían cierta distancia en todo lo referente a la organización.
Desde las 21:00, miles de Comadres hicieron su paso por la Avenida de la Integración, flameando sus polleras en un corso que parecía de nunca acabar, como era de esperarse, sus sonrisas evocaron los suspiros de muchos, y al culminar el evento, cada agrupación partió a festejar a domicilios particulares.
Las Comadres de San Roque, las Tijeras, las Pispilas, las Bandeñas, las Tentadoras, y todas las agrupaciones brillaron por su belleza.
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