Con gran entusiasmo, cientos de músicos de las comunidades de Mohoza y Cancha de Colquiri llenaron el Coliseo Cerrado del ritmo tradicional de la región, en la ocasión no solo se pudo disfrutar de la mohoseñada moderna, en la que hasta piezas de cumbia fueron adaptadas, sino que la versión antigua de esta danza revivió para mostrarnos su origen en perfecta armonía con los instrumentos electrónicos del grupo Kala Marka.
En una expresión de música y coreografía, intérpretes y bailarines formando círculos e hileras demostraron ayer pasos de baile, en un diálogo de saberes entre los espectadores, la comunidad y el arte. El sonido dulce y a la vez enérgico de sus instrumentos rememoraron a propios y extraños a la época de Todos Santos y Carnaval, fiestas en las que no puede faltar el ritmo de la mohoseñada.
“La mohoseñada es una expresión artística ritual ceremonial, interpretada en la época del jallupacha o tiempo de lluvia, con raíces propias del pueblo Muxsa Marka del municipio de Colquiri de la provincia Inquisivi del departamento de La Paz. En ocasiones se decía que este instrumento atraía la lluvia, era símbolo de fertilidad y florecimiento, razón por la que también se baila con flores en las espaldas y los sombreros", explicó el presidente de Amdepaz, ramiro Orellana.
En la ocasión se pudo distinguir la diferencia entre la mohoseñada moderna, más viva y que incluso ha acomodado temas tropicales a su ritmo y la mohoseñada antigua más sincopada y cadenciosa. Ambas mostraron sus diferentes, pero también sus complementariedades en las interpretaciones del grupo Kala Marka, que la noche de ayer hizo vivir el ritmo de sus canciones en todos los espectadores.
Por su melodía y coreografía contagiosa la mohoseñada ha sido difundida en todo el territorio del departamento, siendo su principal área de práctica las provincias de Inquisvi, Loayza y Aroma, pero no se ha quedado dentro nuestras fronteras, ya que con los años muchos conjuntos viajan hacia Argentina, Perú y Chile, para amenizar las fiestas de los residentes bolivianos en aquellas regiones y de aquellos nativos que han adoptado este ritmo.
El instrumento musical está elaborado de toqoro o bambú, en diferentes tamaños o tuqañas, que son denominadas eraso, salliwa, requinto, ch’ili y clarinete, que en su interpretacón son acompañados por un tambor redoblero, adquiridos de las Comunidades Walata Grande y Chico del municipio de Achacachi, Arcopongo del Municipio de Inquisivi y Titiamaya del Municipio de Quime, considerados como los mejores fabricantes de instrumentos musicales de la Mohoseñada.
Con estos antecedentes, en el Primer “Festival del Viento, se quiso recuperar y valorar esta danza que ha cruzado las fronteras, que corren el riesgo de quedar en el abandono, además de lamentar el plagio y distorsión, como ocurre con otras expresiones del folkloré boliviano.
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