17 de agosto de 2014

MILES DE PEREGRINOS VISITARON AYER EL CERRO DE COTA Y EL SANTUARIO DE LA VIRGEN DE URKUPIÑA

Con fuerza, fe y devoción los feligreses extrajeron del cerro de Cota las piedras que representan las peticiones que realizaron de corazón: salud, trabajo, casas, autos, viajes, negocios, títulos, lotes, micros y dinero, confiados en que la Virgen de Urkupiña les ayudará a concretar sus anhelos el próximo año.
  Así como la fiesta crece, también, aumenta la demanda para extraer piedras. Muchas personas, incluso, hicieron fila para poder alquilar un combo y llevar el pedazo del cerro hasta sus hogares. El costo del flete de la herramienta oscilaba entre los 10 y 20 bolivianos. 
En algunos casos, los lugares de extracción de piedras estaban llenos de tierra en lugar de rocas. Según algunas personas encargadas de los alquileres de lotes, existe preocupación, porque la devoción crece, pero el cerro se consume y creen que en algunos años ya no existirán más piedras para sacar.
“No existe nadie que controle lo que se saca, algunas personas sacan un trozo grande al primer golpe y así se lo llevan. De aquí a unos años ya no va a haber cerro para sacar piedras”, comentó una de las encargadas de alquilar combos para la extracción de las rocas.
Otro de los aspectos que no se controló pese a las prohibiciones fue la venta y consumo de alcohol en el Calvario. Antes del mediodía ya se podía ver a personas en estado de ebriedad. Además, de cajas de cerveza, chicha en botellas de dos litros de Coca Cola, asimismo garapiña y guarapo. Todo se comercializaba sin restricción en los diferentes puestos de venta. 
Álvaro Mamani, una de las personas que estaba sacando piedras expresó “primero hay que ch’allar bien el lugar para que la Pachamama (Madre Tierra) no se enoje de lo que vamos a sacar. Luego, le pedimos que más bien nos bendiga. Se aleja los malos espíritus con cohetes y se saca la piedra para hacerla bendecir”, contó.
Manifestó que le solicitó varias cosas a la Virgen. “ Yo le pido a la Virgen que cuide de mí y de mi familia. También, quiero comprarme un camión nuevo, porque el que tengo, que también me lo dio la Virgen, ya está viejo”. Otros, hicieron compras simbólicas de lotes y los ch’allaron con la seguridad de que la Virgen atenderá su pedido.

Música

Como parte del ritual de extracción de piedras o compra de lotes, algunas personas contrataron bandas de música para acompañar la ch’alla y la q’oa.
Las bandas cobraban dependiendo del tiempo, en algunos casos sólo se pedía unos quince minutos de música para la ch’alla o la q’oa, esto con un precio de 20 y 30 bolivianos. Sin embargo, si los feligreses deseaban quedarse compartiendo al son de la música de las bandas, éstas cobraban entre 50 y 60 bolivianos la hora.
Pero, estos no eran los únicos lugares con música. A lo largo de toda la mañana diferentes ministerios de música de las parroquias de Quillacollo presentaron sus mejores temas para acompañar el camino de los devotos que llegaban al santuario de la Virgen. En la parte frontal del templo estaban instalados los parlantes de una amplificación que constantemente tocaba música católica.
De este modo se utilizaba la música para acompañar la peregrinación y aportar a un ambiente de recogimiento y oración.  En tanto que, afuera del santuario se abrieron locales que convocaban a los jóvenes a las fiestas. En este caso no se realizó ningún control. Se espera que hoy la Policía brinde una evaluación de la seguridad en la festividad.Peregrinación y misa | Miles de devotos de la Virgen de Urkupiña peregrinaron más de 12 kilómetros, presenciaron la misa del alba, presidida por monseñor Tito Solari, y, ya en el Calvario participaron de la eucaristía celebrada por el arzobispo de Salta, Mario Carnegllo

COMERCIO
El comercio se desbordó en el santuario de Urkupiña. Decenas de vendedores traspasaron los muros y el arzobispo los invitó a desalojar el lugar.


GRACIAS A LA FE
Solari ponderó la fe de los peregrinos. “(...) es la que nos trae hasta aquí, la que nos da coraje para seguir”. También agradeció por su salud.

DE ARGENTINA
Muchos devotos de la Virgen de Urkupiña llegaron de diferentes países a Quillacollo, principalmente de Argentina.


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