La entrada folklórica estudiantil Virgen del Socavón (VISO) 2014, al margen de constituirse en una actividad cultural generó gastos para algunos padres de familia, quienes reclamaron por los elevados precios que cobraron los bordadores por el alquiler de disfraces.
Desde el viernes reciente cientos de estudiantes, padres de familia y en algunos casos profesores visitaron los talleres artesanales de bordados instalados en la calle La Paz, donde se alquilan trajes de las distintas especialidades de danza del Carnaval, realizando contratos para bloques de los establecimientos que ayer se presentaron en el VISO 2014, al recoger la indumentaria respectiva se sucintaron inconvenientes.
"Es de lamentar que por el alquiler de un traje de llamerada estén cobrándome 60 bolivianos, y encima el traje no sea de lo más nuevo, siendo que estos ya son usados. Los bordadores están haciendo lo que quieren y nadie les controla", manifestó una madre de familia, Roxana Zuna. Por otro lado un padre de familia, Enrique Ingala, aseguró que el flete de algunos trajes sobrepasa algunos límites. "Yo no sé si es sólo para trajes de la diablada, pero nos están cobrando hasta 300 bolivianos por traje, que es muy alto, en algunos casos los chicos ya no están bailando porque estos montos son elevados. Debería existir un control porque tampoco te dan factura", aseguró.
PRECIOS
Consultando en los negocios del rubro se verificó que los trajes con precios más económicos eran para tarqueada (25 bolivianos); de wititis, que se cotizan entre 30 y 40 bolivianos, en cambio los trajes de morenos, diablos, osos, figuras de morenada, tobas y otros, son prestados por la suma de 100 y 300 bolivianos, sin emisión de nota fiscal.
Pero los reclamos no fueron sólo por el tema económico, sino también por la calidad de los trajes; en muchos casos algunas prendas estaban rotas, sin cierre, deshiladas, sin botones, manchadas, e incluso se alquilaron trajes incompletos y otros aspectos más que fueron observados y reclamados. Ante los reclamos los vendedores o propietarios de las tiendas se portaban agresivos, indicándoles que es lo único que había que los contratos deben hacerse con anticipación, y que son trajes de alquiler no nuevos, a pesar de que se habían ofertado trajes para estrenar, según reclamaron algunos padres de familia. Otros artesanos no alcanzaron a entregar la cantidad de trajes solicitada por los estudiantes para los bloques, y sin consultar se entregaron trajes de dos hasta tres colores para un solo bloque.
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