Vecinos de Surapata piden que la Policía despliegue mayor control durante los días de Carnaval para evitar el consumo exagerado de bebidas alcohólicas y delitos. Asimismo, demandan la instalación de más cámaras de vigilancia pues la única que tienen no alcanza para cubrir las necesidades de ese sector de la ciudad.
En el tradicional barrio de Surapata, ubicado en pleno centro de la ciudad, la seguridad ciudadana es un tema recurrente que preocupa a los vecinos. Y es que en las gradas de esa zona se puede apreciar vasos desechables y alguna que otra botella vacía, elementos que dan cuenta de la costumbre de los jóvenes de usar ese lugar como bar a cielo abierto.
PIDEN MÁS CONTROL EN CARNAVAL
Si a lo largo del año Surapata es una zona que presenta ciertos riesgos, durante el Carnaval el descontrol y peligro campean.
Willy Barrios, peluquero de la zona, remarca que el volumen de carnavaleros en Surapata supera la cantidad de policías que asignan para los controles y todo el barrio se vuelve un sitio peligroso. De hecho, él y otros propietarios de negocios optan por cerrar sus tiendas durante esos días. “Tengo que cerrar en Carnaval para no tener problemas”, confiesa.
Por su parte, el vecino Félix Gutiérrez añade que en Carnaval el consumo de bebidas alcohólicas es desmedido y no hay forma de controlar a los bailarines de las comparsas.
Hay, sin embargo, acciones que destacan los vecinos. La presidenta del barrio, María Barzola, recuerda que años anteriores, tres semanas antes del Carnaval, todos los fines de semana las comparsas organizaban kermeses para recaudar dinero, actividades que derivaban en borracheras.
“Felicito a Espectáculos Públicos porque ahora es un poco más silencio. Esta mañana justamente (ayer) estaban queriendo armar la kermés pero no los han dejado”, relató.
Sin embargo, cuando llega el Carnaval la situación es otra y no hay forma de controlar la borrachera. Por esa razón, indica que esos días deberían prohibir el expendio de bebidas alcohólicas en las calles de Surapata, donde se instalan puestos que venden todo tipo de tragos a los jóvenes que se emborrachan y protagonizan riñas y peleas.
“Debería haber más control en Carnaval, porque aquí la venta y consumo es exagerado en Carnaval”, apunta.
MÓDULO POLICIAL
En el Módulo Policial de Surapata funcionan las oficinas de Conciliación Ciudadana y la Policía de Auxilio al Ciudadano (PAC). Ayer, cuando este matutino se aproximó para conocer detalles de su labor en el barrio, el oficial a cargo y un equipo de efectivos habían salido a atender un caso; sin embargo, los efectivos que se quedaron informaron que durante los últimos días el trabajo se abocó a casos de rutina, aunque con motivo de la cercanía del Carnaval se prevé desplegar mayores controles en el barrio para prevenir delitos y cualquier contravención.
“Por ahora está nomás tranquilo, se ve que el puesto policial ayuda y por eso me parece que ha bajado la delincuencia; antes era más peligroso”, comenta al respecto el peluquero Willy Barrios.
Empero, esa opinión no es compartida del todo; algunos vecinos consultados que prefirieron el anonimato dicen que la Policía no siempre atiende los llamados y muchas veces llega tarde al lugar donde es requerida.
“Vemos que está circulando la Policía, pero creo que se necesitan más efectivos para que haya mejor control”, señala Erland Plaza, propietario de una tienda en el barrio.
POR UN CARNAVAL TRADICIONAL
El vecino Félix Gutiérrez reflexionó sobre la importancia de rescatar y difundir las costumbres y tradiciones del Carnaval de antaño en Sucre, puesto que en otra época la celebración se caracterizaba por la amistad, el respeto y la sana diversión.
“No hay un rescate verdadero de lo que era el Carnaval, más se recupera el lado negativo en el sentido que parecería que esta fiesta sería para conducir a la sociedad al alcoholismo”, manifestó.
Recordó que el Carnaval en la Capital se caracterizaba por el sano festejo, una celebración colectiva de vecinos y visitantes que disfrutaban de la fiesta. “Esto se ha ido distorsionando porque no hay una orientación de carácter cultural, sino una incitación a beber. Las autoridades deberían poner ciertos límites para que no haya excesos, antes se venía al barrio a degustar la tradicional chicha, la gente no se venía a marear, pero ahora ya no es así”, dijo.
CÁMARAS DE SEGURIDAD
Algunos vecinos dijeron que los efectivos de la PAC rondan el barrio por las noches, pero por las características de las calles, estrechas y oscuras, esto no siempre es suficiente.
Actualmente en Surapata hay una sola cámara de vigilancia instalada en el arco de ingreso a la escalinata de la calle Loa. Para la presidenta del barrio María Barzola, esto es totalmente insuficiente.
“Quisiera pedir a través de CORREO DEL SUR cámaras de seguridad que nos hacen mucha falta, yo he pedido mediante una nota para que nos atiendan, pero hasta ahora no hay nada”, manifestó.
Considera que sería necesario instalar al menos tres cámaras más para poder realizar un control efectivo sobre todo en las noches.
Sin embargo, destaca que a diferencia de otra época, cuando Surapata era considerada “zona roja” hubo una mejora. “En un 70% nuestros problemas de seguridad ciudadana han bajado”, aseguró.
Según Erland Plaza la cámara del arco no funcionó durante dos años, que recién el equipo entró en funcionamiento; y, como Barzola, lo considera insuficiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario