La Paz se prepara para despedir el Carnaval con un festejo recuperado que tiene su origen en la mezcla entre lo andino y lo criollo. La representación del Entierro del Pepino, recuperada hace 10 años, reunirá el domingo a 20.000 ch’utas para despedir las carnestolendas paceñas.
La actividad se iniciará a las 10:00 en la plaza Murillo con una retreta que recuperará los ritmos añejos del Carnaval ch’ukuta. De esta forma, el municipio de La Paz busca promover el Entierro del Pepino como parte de la tradición paceña con el objetivo de recuperar las viejas costumbres. Según especialistas, esta fiesta se explica en la unión de las costumbres ligadas al calendario agrícola y la tradición europea.
"El Entierro del Pepino es una fiesta que tiene origen en el siglo pasado. Hoy se ha recuperado esta costumbre en torno al Carnaval, pero en un inicio era algo diferente”, explicó el investigador del Museo de Etnografía y Folklore (MUSEF), Milton Eyzaguirre. Lo andino forma parte primordial de esta tradición, pues añade un contenido simbólico ancestral a la misma.
Para el experto, el entierro está ligado a la despedida de las almas para culminar el tiempo de fertilidad. "El Carnaval en nuestro departamento está ligado en gran medida al calendario agrícola y el festejo de la fertilidad. Desde Todos Santos, según la creencia, los muertos llegan a nuestro mundo para ayudar a fructificar las cosechas, los animales e incluso las familias. En Carnaval, los instrumentos musicales también cambian para despedir a los muertos hasta el año que viene”, aseveró Eyzaguirre.
Asimismo, el investigador contó que en el área rural la fiesta consiste en subir a un terreno alto para darle la última despedida a las almas que se van. "Antes, en la ciudad se tenía la misma práctica. Los bailarines subían a Munaypata. Ahora se hace una ruta a El Tejar que es parte de esa costumbre de subir a despedir a los difuntos. Todo está vinculado al concepto de que la muerte es la que renueva la vida”, afirmó el experto.
Recreación desde lo urbano
El Entierro del Pepino, como se la conoce hoy, comenzó hace un siglo aproximadamente. Esta costumbre surgió en las clases populares de la ciudad.
"Antes, los criados y pongos debían celebrar estas fiestas una semana después que los criollos y mestizos de la ciudad. De allí surge la Salida que da inicio al Entierro del Pepino”, explicó el secretario de Culturas de la Alcaldía de La Paz, Javier Escalier. El expresidente de la Asociación de Comparsas del Carnaval paceño contó que esta actividad no tenía tanto apoyo como ahora.
"Después de la procesión y el baile de festejo, estos bailarines llegaban a proximidades del cementerio y, por encima de la reja, botaban un cajón con el muñeco de tela, a manera de ataúd con el Pepino adentro”, afirmó Escalier. Paralelamente, comparsas de ch’utas realizaban una marcha para dar fin con el Carnaval.
Con los años, esta costumbre fue perdiendo fuerza entre la población de La Paz. No fue hasta el año 2005 que la Asociación de Comparsas del Carnaval Paceño retomó el Entierro del Pepino como parte las tradiciones. "Hace 10 años que inició este intento por retomar esta celebración que finaliza el Carnaval. Con los años se pudo formalizar esta festividad como parte importante de estas fechas. Hoy se realiza la fiesta con un ataúd más colorido y como actividad oficial del Carnaval paceño.
"Eventos similares se realizan en todo el mundo. En España entierran la Sardina, en Colombia Juanito se lleva las cenizas y, un ejemplo más cercano: en Tarija se despide al diablo. Son costumbres que no podemos perder y que debemos continuar”, afirmó la autoridad municipal.
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