Si bien el grupo reducido de estudiantes hacía esperar un poco más de la danza, los aplausos de los espectadores no faltaron en la décima sexta versión de la Entrada Folklórica Cultural Universitaria, por la picardía y el entusiasmo que demostraron, en su participación durante el recorrido por las calles orureñas.
Esta danza, en una primera época era signo de respeto al anciano, la joroba parece simbolizar una carga en señal de sumisión. Posteriormente se adoptaron los atuendos castellanos para burlarse de los conquistadores.
"Es una sátira que realizan nuestros indígenas, hacia el español conquistador, hacia el abuelo español pícaro, esta danza se puede observar más en el área rural, en el área dispersa, así como se rescató de la misma forma los jalkas", explicó el historiador Antonio Revollo.
"Los abuelos son parte importante de la familia y este baile está expresando claramente que en nuestra cultura no es como en el mundo occidental que los relega a un asilo, o que pierden esa relación de intimidad entre la familia, el abuelo, la abuela, la tayka, el auqui tiene un valor fundamental en la familia", explicó el investigador Alberto Luis Aguilar.
La danza del auqui auqui se baila agachado con una mano en la cadera derecha simulando achaques y la otra agarrando un bastón muy retorcido con el cuál golpean el suelo al compás de la música profiriendo gritos intermitentes, ahora se puede apreciar gracias al aporte de los estudiantes de Agronomía.
"Esto es un aporte de la universidad, danzas que prácticamente estaban desapareciendo, les han vuelto a dar vida como la kullawada y la llamerada y ahora también se puede apreciar el Auqui Auqui", enfatizó Revollo.
"Hay que felicitar a los estudiantes universitarios, que están recuperando algo que estaba perdiéndose de nuestra identidad, la danza de los auqui auquis", destacó Aguilar.
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