El atuendo tradicional de la comadre chapaca es sencillo, consta básicamente de un sombrero, blusa y manta bordadas, una pollera con pliegues y las ojotas, además de los accesorios, pero los precios pueden variar de acuerdo a la calidad de los materiales que se utilizan y la complejidad de los diseños de las figuras estampadas. De esta manera los precios oscilan entre 450 bolivianos los menos costosos hasta los 2. 150 el conjunto más caro.
Lucrecia Segovia Segovia, de 61 años, por tradición es la tía que elabora los trajes para la comparsa de comadres de Tomayapo que participarán en la entrada de hoy. Se mostraba contenta porque una sobrina suya de 16 años, Cristina Bejarano Segovia, fue elegida como soberana del carnaval rural y es la primera de esa región.
Raso y piel de sirena
“Yo hago para mi gente—empezó a contar—junto a una sobrina que borda, y el material es el más económico. La tela de blusa cuesta unos 30 bolivianos y otros 40 para el bordado, la pollera que es de raso es más barata, no cuesta más de unos 80 a 100 bolivianos, y la manta 100 a 150”. Entretanto, una ojota vale 55 bolivianos y el sombrero en el Mercado Campesino otros 75.
En cuanto a los accesorios, ni los cuenta, porque apenas llevan unos aritos simples, flores naturales en la oreja y las albahacas que se consiguen en los mercados. El costo total del atuendo no pasa de los 450 bolivianos. También se puede alquilar el atuendo: sombrero, manta y pollera por 60 bolivianos y puede llegar hasta 100, de acuerdo a la demanda.
Por su parte, la comparsa Comadres Tijeras “tirará la casa por la ventana”, porque cumplen 25 años y estrenarán la vestimenta completa. Su presidenta Maribel Fernández sostuvo que al ser un momento especial, estarán impecables y utilizarán sombreros cuyos precios oscilan entre los 200 y 280 bolivianos.
La blusa les costó 150 bolivianos, la pollera 250 y la manta 700. La tela utilizada es “piel de sirena”. Las ojotas charoleadas les costaron entre 150 a 200 “dependiendo la calidad” y los accesorios alrededor de los 700 a 800, “porque son joyas de calidad de la marca Swarovski”, subrayó Fernández.
“En realidad, lo que es más caro es la mano de obra – detalló- porque el bordado es un trabajo muy arduo, la tela puede no ser cara, pero sí el bordado de la blusa, de la manta, el ‘enflecado’, porque se utilizan hilos de seda y es una labor muy trabajosa. La “piel de sirena” es una tela óptima porque tiene buena caída y se puede bordar”.
Al respecto, la bordadora Julia Palacios explicó que recibe blusas o mantas ya confeccionadas y a las cuales sólo les falta bordar y cuando las elabora algunas son mas complejas que otras, por ejemplo unas llevan canesú (pieza de la blusa, a la altura de los hombros, a la que se cosen el cuello, las mangas y el resto de tela de la prenda; sirve de adorno o para darle vuelo o amplitud) y otras sólo tienen un elástico.
En cuanto a la pollera, lo complicado es el atraque, que son los pliegues superiores de la pollera, mientras que la manta puede ser triangular y su costo es menor, unos 300 bolivianos, mientras que las cuadradas tienen un precio cercano a los 700.
“Una blusa, dependiendo de la habilidad, se tarda un día en hacerla, incluido el bordado, la pollera en unos dos días por los atraques, el bordado de la manta se puede hacerla en un día, pero en el enflecado y enmallado se puede tardar más”, explicó.
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