Han pasado casi tres décadas desde que la festividad de la Virgen de Urkupiña se convirtió en un fenómeno mediático, alrededor de 1989. Sin embargo, su transcendencia cultural y religiosa se remonta a más de cinco siglos, porque originalmente fue una competencia de llameros en honor a una diosa de la fertilidad. Después de la colonia se popularizó la leyenda de la pastorcita que vio a la Virgen y que dio lugar al nombre de Urkupiña o “ya está en el cerro”.
En los últimos años, la festividad traspasó fronteras y ganó nuevos devotos que llegan de tierras lejanas como Argentina, Estados Unidos, México y España. Por ello, la Alcaldía de Quillacollo asumió el desafío de que la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) nomine a la festividad patrimonio de la humanidad.
En marzo, la Alcaldía presentará los requisitos preliminares para la declaratoria al Ministerio de Culturas, que debe dar el visto bueno para que el municipio avance en el proceso ante la Unesco, explicó el director de Cultura de Quillacollo, Rodolfo Medrano.
La Unesco exige varios requisitos. Entre ellos especificar la categoría a que se postula, la conformación de un equipo multidisciplinario para elaborar la carpeta técnica, un documental cinematográfico que recupere los elementos más valiosos del fenómeno festivo de Urkupiña y un álbum fotográfico de las diferentes etapas y facetas de la fiesta de Urkupiña.
Además, de una investigación hemerográfica, un documental de los últimos 30 años, una explicación sociológica, antropológica y cultural de la festividad de la faceta folklórica o entrada de Urkupiña y un libro antropológico que retrate las diferentes facetas. Todo el trabajo se realiza en coordinación con la Dirección de Culturas de la Gobernación.
El reto es obtener la declaratoria en los próximos cuatro años en la categoría “religiosa festiva”. “Ha sido una decisión del alcalde Eduardo Mérida y estamos tomando las acciones para la declaratoria a petición de muchos devotos, porque la fiesta es muy conocida a nivel mundial”, dijo.
La recopilación de los elementos esenciales de la festividad está a cargo de un equipo multidisciplinario y el Comité Interinstitucional de la Festividad de Urkupiña para “formar un equipo compacto”. Están historiadores, antropólogos y la Iglesia Católica porque tienen mucha documentación sobre las raíces religiosas de la celebración, que se ha convertido en sinónimo de la integración.
El responsable de Cultura dijo que el mayor reto es que Quillacollo se convierta en una “ciudad santuario” a partir de la declaratoria de patrimonio de la Unesco. Pero, reconoció, que el camino requiere un trabajo integral para hacer mejoras para los peregrinos.
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