La comisión tercera del Concejo Municipal elabora una propuesta de proyecto de ley para declarar a la danza del salay patrimonio intangible, cultural y artístico del municipio de Cochabamba.
El concejal Edwin Jiménez señaló que existe preocupación debido a que la danza ya intenta ser copiada por algunos países, entre ellos Perú, por ello se trabaja en este proyecto que será presentada en no más de 30 días al pleno del Concejo para su revisión y posterior aprobación y promulgación.
Según Jiménez, esta danza proviene del sector de Jaihuaico y es bailada desde 1987, y es una fusión de huayño y cueca, de dónde sacan el característico zapateo.
“Tiene una particularidad muy especial, no se utiliza el pañuelo para bailar sino el sombrero, la pollera debe estar cinco centímetros arriba de la rodilla y las mujeres deben tener un fuste pegado al cuerpo, que diferencia al Salay de la Morenada y los Caporales que no llevan esa prenda”, dijo.
No sólo se pretende lograr esta declaratoria, aseguró, sino que también se quiere gestionar recursos económicos para realizar la preservación y difusión de esta danza como patrimonio cochabambino.
“Por la documentación que tenemos (la fraternidad) tiene filiales en Estados Unidos, España, Argentina, inclusive recibieron invitaciones de varios países como del Brasil. Cuando bailan tienen que cantar la pieza, es un huayño cantado, principalmente es algún estilo de cueca, que se bailaba en algunas provincias”, señaló.
Por su parte el fundador de la Fraternidad Salay Cochabamba, Félix Torrico, señaló que la danza surgió por la casualidad de la vida, debido a que en 1987 una persona, Ananias Arias, llegó a Jaihuaico y comentó sobre esta danza que había sido vista en alguna provincia y fue replicada en la festividad de San Joaquín ese año.
Arias habría enseñado tres pasos de esa danza a los 33 miembros de la fraternidad y después de eso ellos fueron copiando y creando otros pasos. Asimismo señaló que la primera presentación de la danza se realizó con un tema del grupo Los Masis denominado “Salay”, “Nosotros no pensábamos hacer una danza en ese entonces”, dijo.
Torrico también señaló que después de mostrar la danza en Cochabamba, un año después una fraterna creó su propia Fraternidad en Parotani, después también se crea otro grupo en 1989 en la facultad de Derecho de la Universidad Mayor de San Simón. Surgen en 1990 también otras fraternidades en Cliza y Colcapirhua, mismas que con el paso del tiempo fueron perdiéndose.
En cuanto a la vestimenta, Torrico señaló que existieron algunos cambios, “en cuanto a la tela que se usaba era raso con brillo, no llevábamos los apliques que llevamos ahora, antes cada uno le ponía una y otra cosa por eso tratamos de normar la vestimenta, uno le ponía una flor, un sombrero, una vez realizados los estudios y vivencias fuimos demarcado que es que lo deben tener las polleras, la cantidad de cintas, que son siete, antes eran los colores del arco iris que eran tejidas en bayeta, después se convirtieron en cintas y de colores en degrade, que simbolizan el calendario de Santa Vera Cruz y Todos Santos”, dijo. Existieron varios cambios, agregó, pero también algunas características que no cambiaron mucho como los zapatos.
“En ese entonces había una marca muy conocida de zapatos que estaba en una parte céntrica de Cochabamba, que había traído unos zapatos en punta, entre nosotros había una persona que los confeccionaba y él nos hizo los zapatos y no eran abarcas como otros habían expuesto el baile”, manifestó.
La danza es considerada como urbana con características rurales, indicó, que también tuvo algunos cambios en la forma del zapateo que es más coqueto y rápido. A la fecha la fraternidad cuenta con más de 350 miembros y son reconocidos en todos los eventos en los que se presentan.
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