El Gobierno de Bolivia anunció este jueves la postulación de la fiesta folclórica Jesús del Gran Poder, que se celebra a mitad de año en las calles de La Paz, ante la Unesco como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
"Queremos que no solo Bolivia rinda tributo (a la fiesta de Gran Poder) sino que el mundo entero lo valore como un aporte a la humanidad", dijo el vicepresidente del país, Álvaro García Linera, en la presentación de la candidatura en el Palacio de Gobierno.
La fiesta folclórica está dedicada a la imagen católica Jesús del Gran Poder y tuvo su origen en 1940 en un barrio paceño del mismo nombre, y que este año tendrá su día grande el 10 de junio.
En la exhibición folclórica destacan los vistoso trajes, los ritmos y bailes como la morenadas, tinkus, kullawadas o caporales, en los que se luce sobre todo la población de aimara de La Paz.
Una muestra de esa riqueza folclórica fue exhibida durante el acto en el Palacio de Gobierno, en coincidencia con el anuncio de la asociación de fraternidades del inicio de preparativos de la fiesta.
García Linera dijo que Bolivia ha cumplido el 31 de marzo con el el plazo de presentación de los documentos para respaldar la postulación a la lista de Patrimonio Oral e Intangible del organismo de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Destacó que la fiesta de Gran Poder es parte del patrimonio del país y forma parte "indisoluble de la identidad de Bolivia".
La ministra de Culturas y Turismo, Wilma Alanoca, definió la fiesta como "una de las grandes expresiones culturales" del país.
Además, García Linera expuso a los miembros de la alcaldía presentes en el acto su predisposición a construir un lugar en La Paz, al que denominó "morenódromo" en honor a este baile típico, para que sea "el escenario para este gran evento folclórico".
La Unesco ha reconocido en Bolivia cuatro bienes culturales como patrimonio inmaterial: el Carnaval de Oruro, la "cosmovisión andina" de los médicos indígenas kallawayas, la festividad "Ichapekene Piesta" y el "Pujllay" y el "Ayarichi", dos músicas y danzas de la cultura yampara dedicadas a la lluvia y la temporada seca.
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