7 de julio de 2017

Proponen abrir facultad para estudio y defensa de danzas



Entre las propuestas que surgieron en el debate sobre las danzas patrimoniales de Bolivia está la creación de una facultad que estudie y defienda su origen ante la supuesta ola de plagios en el exterior.

Una jornada de reflexión, análisis y debate se desarrolló ayer en dos escenarios, el Museo Nacional de Arqueología (Munarq), en la mañana, y en el Patio Cultural del Ministerio de Culturas y Turismo, en la tarde.

La actividad contó con el apoyo del Ministerio de Culturas y tuvo el objetivo de intercambiar ideas en torno a la defensa de las danzas bolivianas, sobre todo de los caporales, baile que constantemente se presenta como originario de Chile o Perú.

Algunos de los investigadores e historiadores que participaron fueron Jorge Godínez, comunicador de Oruro; Freddy Yana, folklorista; José Luís Etiene y Juan Machicado, ambos folkloristas.

Yana alertó que existe la posibilidad de que las futuras generaciones duden sobre el origen de las danzas nacionales si el Estado y el conjunto de la sociedad no las defiende.

Jorge Godínez Quinteros recordó que gran parte de la población boliviana es heredera de la cultura negra que llegó junto al dominio español a Sudamérica en condición de esclava.

Además explicó que para hacer respetar las danzas nacionales primero se deben reconocer su procedencia e identidad.

Origen del caporal

Los expertos coincidieron en que los caporales tienen su origen en la danza afroboliviana, pues son una mezcla de los ritmos de saya y tundiqui.

Godínez sostuvo que la integración entre los “afroyungueños y los aymaras” dio lugar al tundinqui, en principio, y esto generó a su vez que a través del rey caporal surja la danza de la morenada por el trabajo abusivo que se les imponía a los esclavos, quienes tenían que arrastrar cadenas.

“No podemos decir que la danza del caporal es folklore ni neofolklore. Para mí es una danza estilizada, es la que representa al capataz o bedel que controlaba en las haciendas de los Yungas a los trabajadores”, expresó.

Yana resaltó que no se toma en serio la defensa de las danzas bolivianas debido a que los folkloristas están más pendientes de pelearse entre sí que de ayudar a consolidar el respeto a nuestras culturas.

Señaló que la declaratoria de la fiesta del Gran Poder como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco tuvo como principales opositores a los folkloristas de la Gran Entrada de Oruro. “Esas discordias no le hacen bien a la defensa ante el plagio extranjero”, dijo.

Destacó además que los creadores de los caporales aún están con vida y son bolivianos. “Son los hermanos Estrada, Vicente, Víctor, que falleció, y todos los hermanos, y estamos pidiendo que se los denominé patrimonios vivos”, dijo.

El investigador relata que los Estrada tenían su grupo de danza y que cuando uno de ellos se fue a los Yungas vio a un ancianito de 70 años que en las mañanas caminaba por el pueblo con cascabeles. Esa imagen dio lugar a la creación de los caporales, sin jamás sospechar el “boom” posterior. Indicó además que tenemos 18 de las danzas más representativas del país ante la Unesco.
Entre las propuestas que surgieron en el debate sobre las danzas patrimoniales de Bolivia está la creación de una facultad que estudie y defienda su origen ante la supuesta ola de plagios en el exterior. Una jornada de reflexión, análisis y debate se desarrolló ayer en dos escenarios, el Museo Nacional de Arqueología (Munarq), en la mañana, y en el Patio Cultural del Ministerio de Culturas y Turismo, en la tarde. La actividad contó con el apoyo del Ministerio de Culturas y tuvo el objetivo de intercambiar ideas en torno a la defensa de las danzas bolivianas, sobre todo de los caporales, baile que constantemente se presenta como originario de Chile o Perú. Algunos de los investigadores e historiadores que participaron fueron Jorge Godínez, comunicador de Oruro; Freddy Yana, folklorista; José Luís Etiene y Juan Machicado, ambos folkloristas. Yana alertó que existe la posibilidad de que las futuras generaciones duden sobre el origen de las danzas nacionales si el Estado y el conjunto de la sociedad no las defiende. Jorge Godínez Quinteros recordó que gran parte de la población boliviana es heredera de la cultura negra que llegó junto al dominio español a Sudamérica en condición de esclava. Además explicó que para hacer respetar las danzas nacionales primero se deben reconocer su procedencia e identidad. Origen del caporal Los expertos coincidieron en que los caporales tienen su origen en la danza afroboliviana, pues son una mezcla de los ritmos de saya y tundiqui. Godínez sostuvo que la integración entre los “afroyungueños y los aymaras” dio lugar al tundinqui, en principio, y esto generó a su vez que a través del rey caporal surja la danza de la morenada por el trabajo abusivo que se les imponía a los esclavos, quienes tenían que arrastrar cadenas. “No podemos decir que la danza del caporal es folklore ni neofolklore. Para mí es una danza estilizada, es la que representa al capataz o bedel que controlaba en las haciendas de los Yungas a los trabajadores”, expresó. Yana resaltó que no se toma en serio la defensa de las danzas bolivianas debido a que los folkloristas están más pendientes de pelearse entre sí que de ayudar a consolidar el respeto a nuestras culturas. Señaló que la declaratoria de la fiesta del Gran Poder como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco tuvo como principales opositores a los folkloristas de la Gran Entrada de Oruro. “Esas discordias no le hacen bien a la defensa ante el plagio extranjero”, dijo. Destacó además que los creadores de los caporales aún están con vida y son bolivianos. “Son los hermanos Estrada, Vicente, Víctor, que falleció, y todos los hermanos, y estamos pidiendo que se los denominé patrimonios vivos”, dijo. El investigador relata que los Estrada tenían su grupo de danza y que cuando uno de ellos se fue a los Yungas vio a un ancianito de 70 años que en las mañanas caminaba por el pueblo con cascabeles. Esa imagen dio lugar a la creación de los caporales, sin jamás sospechar el “boom” posterior. Indicó además que tenemos 18 de las danzas más representativas del país ante la Unesco.

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