El evento es impulsado por Organización Boliviana de Defensa y Difusión del Folklore (Obdefo), el Ministerio de Culturas, asociaciones, fraternidades y centro culturales de Bolivia y el mundo.
En las últimas horas, Obdefo realizó la convocatoria para el encuentro del “Salay 100% Boliviano 2018”. Entre los requisitos están: Carta de solicitud dirigida a Obdefo con los nombres de los responsables, agrupar la mayor cantidad de bailarines, vestir el respectivo traje de la danza con la tricolor boliviana, bailar la coreografía una hora en el horario más conveniente (previa solicitud de un espacio para la danza).
Además, se manejará el denominativo “Salay de Bolivia 100% Boliviano” y no los nombres de las fraternidades. Los participantes también deberán comprometerse a solicitar plazas o lugares turísticos para la demostración.
Los participantes deberán realizar campañas de promoción, difusión en los medios de comunicación para lograr da a conocer el origen de la danza.
Deberán elaborar también un afiche con la respectiva información en donde debe resaltar título: “Encuentro Mundial del Salay 100% Boliviana 2018”.
Según el comité organizador, los gastos serán autofinanciados, los participantes no deberán consumir bebidas alcohólicas antes, ni durante ni después del encuentro.
Respecto a la recepción de las solicitudes, será hasta el 28 de febrero de 2018.
SO0BRE EL SALAY
La danza del salay es un ritmo de danza boliviana que nace de una recopilación de las fiestas de ciertas comunidades de los valles de Potosí, Chuquisaca y Cochabamba. En Villa Serrano, departamento de Chuquisaca, así como en Potosí, es conocido como salaque, que se baila al son de tonadas, interpretadas por varones y mujeres quienes intercalan versos al ritmo del charango.
El término salay no tiene significado propio y más bien se trataría de un piropo, algo como “viditay” o “mi cariñito”.
El baile del salay es una danza del valle de Cochabamba, que plasma un zapateo cuyo donaire representa el coqueteo. El joven a través del baile se ingenia para crear movimientos graciosos, busca ganar la atracción de la cholita, la cual finalmente atraída y convencida por los encantos dispensados, termina en sus brazos. Hombres y mujeres hacen gala de cintas de varios colores que adornan el traje, realzado con la contagiante alegría del huayño y la phuna.
Mujeres como varones derrochan energía y zapateos rítmicos y enérgicos, el vaivén de las cabezas y los movimientos de las manos con las polleras, es todo un deleite para el danzante y también el espectador.
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