Las citadas actividades artesanales no surgieron recientemente pues tienen una antigüedad que data desde la época virreinal. En este espacio social urbano y popular se dieron procesos de residencia de las identidades aymaras y quechuas, luego migrantes le dieron un sentido único a una red de calles conformada por la popular Los Andes, Leonardo Flores, Tarapacá, Nataniel Aguirre, Lino Monasterios, Kollasuyo y Baptista, donde se producen y distribuyen bienes simbólicos festivos, en tiendas, talleres de artesanos que ofrecen una variedad de trajes, disfraces, joyas, máscaras, mantas, polleras, matracas, accesorios y otros objetos para las danzas folklóricas.
Las calles de la zona de Max Paredes conforman redes sociales y de producción que mantienen una fuerte relación con áreas rurales en las que se celebran fiestas patronales. Gran parte de la población acude a las tiendas de los artesanos asentados en ese sector que satisfacen la necesidad y demandas de fraternidades de danzantes que participan en las fiestas folclóricas y patronales durante todo el año, incluso hoy, los estudiantes de colegios que fletan trajes folclóricos en todas sus variedades para los festivales que se organizan en cada unidad educativa.
Una ruta emblemática y muy particular es la calle Los Andes llamada o también conocida como la “calle de los bordadores”, otra vía es la Kollasuyo donde se encuentran muchas tiendas de trajes y accesorios folklóricos. No hay duda que la calle Los Andes y su extensión hacia la Kollasuyo forman parte del imaginario paceño, como lugares de producción de trajes, bordados, máscaras, matracas, polleras y zapatos para quienes practican las
danzas folklóricas.
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