Un trabajo muy particular es el que se realizaba para la danza de los Misti-Sikuris que usaban un traje festivo folklorizado con un saco bordado muy rústicamente, los bordadores por ejemplo se acuerdan de los sikuris:
…un bordador maestro, como eran jóvenes, en esa época, entonces, ellos demostraban pues sus disfraces y bailaban en Gran Poder. Primer lugar las Sikureadas que bailaban tres años, debían cumplir en bailar. Esto por reglamento siempre cumplían 3 años; la Sikureada bailaban simplemente
los bordadores, el preste tiene que ser bordador del Señor del Gran Poder que es patrono de los bordadores… (Félix Paz Salinas y Fortunato Yana, 20.10.2005).
Siendo los sikuris una danza interpretada por los bordadores no cabe duda que eran bordados con mucho lujo y detalle. Una de las características que diferenciaba a este Sikuri de su par indígena era definitivamente la vestimenta. Lujosos chalecos de felpa o astracán recamados con hilos de plata en las solapas e imponentes íconos que era la letra “S” de sikuris o “A” de águilas con alas desplegadas en las espaldas; también coloridas flores elaboradas en hilos de salón y pedrería traída de Alemania y Checoslovaquia.
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