La imagen del Señor Jesús del Gran Poder, plasmada en un lienzo, coexiste con el misterio de la Trinidad, pues la imagen del Señor inicialmente se dividía en tres rostros2. Esto ha originado una serie de mitos y leyendas en torno a su culto popular. Su historia se relaciona con el origen del culto religioso y también prácticas sociales reñidas o de “reversa” que han motivado diversas creencias, censuras, rebeliones, apropiaciones políticas, excomulgaciones, idolatrías, muerte, ritos y procesiones. Alrededor de este lienzo se han tejido controvertidas narraciones, católicas, andinas y memorias colectivas de creyentes que se identifican como devotos de la imagen del Tata del Gran Poder. Se trata de una imagen milagrosa que puede ser interpretada a través de la teoría del performance que estudia los ritos, las expresiones de fe, las devociones y las mismas danzas teatralizadas por los “folkloristas”.
Este texto es una mirada social e histórica de la fiesta más importante del ciclo festivo paceño. Mi relación con la imagen del Gran Poder no sólo es académica sino vivencial y de fe religiosa: el ícono de la Trinidad me vio crecer en el puesto de venta que tiene mi madre en el mercado Uruguay de la avenida Buenos Aires y me permitió conocer de cerca la fiesta y la devoción al Tata.
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