Desde sus inicios el lienzo fue motivo de controversias religiosas, sobre todo, para el cuerpo eclesiástico que lo tenía por amenaza a la teología trinitaria. La imagen de los “tres rostros” tenía fama de milagroso y era buscada por el pueblo en el convento para solicitar favores varios. Según Elizabeth de Col9, el culto de la imagen sagrada de la Santísima Trinidad ya habría comenzado en el convento, en la entrada existía un torno (puerta pequeña), al que llegaban todos los viernes las devotas a dejar velitas para que fueran encendidas delante de la imagen del Señor, del que se sabía que tenía tres rostros y que tenía un altar en el convento. Cuando llegaban las devotas decían: -Ave María purísima; y las novicias respondían: -sin pecado concebida. Recogían las velas y papeles con encargos de personas pidiendo oraciones por salud, fortuna, trabajo o de algún milagro en especial.
La Orden de las Concepcionistas eran monjas de estricta clausura y estaban dedicadas a la oración y a la vida contemplativa. Las madres superioras vestían hábito blanco, toca, un velo negro y una capa azul mientras que las novicias se diferenciaban en que lucían un velo blanco. Al respecto la Sra. Luz Berríos Miranda, nieta de la Sra. María Miranda Landaeta que falleció a los 80 años (en 1970), comentó que cuando visitaban el templo del Señor Jesús del Gran Poder en la década de 1960 su abuela iba cubierta de velo negro, por ser mayor, y ella, como era joven, llevaba velo blanco. La abuela le comentó que al ver el lienzo de la Santísima Trinidad de los tres rostros sintió temor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario