25 de octubre de 2021

LA MANIFESTACIÓN DE LA TRINIDAD EN LA PAZ - D) PEREGRINACIÓN Y CULTO POPULAR A LA TRINIDAD

 La imagen salió del convento, en manos de la monja Genoveva Carrión, y después fue llevada a varios lugares, sobre todo a domicilios de familias católicas: estuvo en la zona de Miraflores, en la calle Juan de la Riva, en la casa de los hermanos Miranda, luego en un altar de la calle Mercado Nº 45, en la calle Figueroa, en la casa de la Sra. Aurora Ruiz; luego en una casa situada entre las calles calle Yungas y México y finalmente llegó a la zona de Ch’jini. En un punto de su trajinar fue a parar a la posada13 de “las chilenas”, mujeres pecadoras. Las monjitas custodias se cubrían la cara con grueso paño, para no ser confundidas, en cambio las “chilenas” debían cubrirse la cara con velo negro para asistir a la revisión médica, porque al parecer eran prostitutas. Aquí se cumplió el evangelio que dice: “El Señor Jesús vino a salvar a los pecadores”14. De la casa de “las chilenas” se fue a una capilla con oratorio que se improvisó en la calle Antonio Gallardo de la zona de Ch’ijini. 

Un vecino de la zona, Ricardo Carranza, dio el siguiente testimonio sobre la llegada de la imagen de la Trinidad a la zona de Ch’ijini:

Había pues una imagen donde una monjita, que en esa época estaba en el claustro que había por Miraflores. Allí vivían unas ‘sores’ que no salían a las calles o salían muy pocas veces. Resulta que esta monjita se puso un poco mal, enloqueció porque tenía la imagen, la imagen de Jesús de Gran Poder. Llegó a morir esta monjita y esta imagen querían llevársela a España. Cuando ya tenía que desaparecer este convento, no sabían qué hacer con la imagen, entonces se la llevaron caminando hasta la calle Juan de la Riva. La imagen del Señor Jesús de Gran Poder no ha sido acogida porque el Señor tiene tres rostros y mucha gente se sorprendía por los tres rostros que llevaba. Era una imagen que impactaba, de tal manera que estuvo ahí poco tiempo y se fue después casi hasta la calle Ingavi. El señor de la calle Ingavi también se sorprendió y el sacerdote dijo; ‘no quiero la imagen acá’ y pasó que el párroco llegó a morir a los tres días. Luego llegó a la calle Rosario. Querían que se vaya a la calle Illampu y el padre dijo en esa época que quería construir una capilla. Un señor vecino y dueño de una casa de la calle Santa Cruz justo estaba allí en ese momento y tuvo un impulso incontenible para construir un oratorio. De tal manera que estos señores, junto con la Junta de Vecinos, gestionan una capilla en la calle Antonio Gallardo y la llaman Jesús del Gran Poder y desde ese momento se llama el barrio del Gran Poder. (Entrevista a Ricardo Carranza Quintanilla, 2009: 119-120).

A partir de 1920 el culto a la Santísima Trinidad fue en aumento, como no tenía aún un templo se alojaba en una casa donde recibía a sus devotos. Los martes y viernes se hacían reuniones de oración y veladas con la presencia de muchos devotos que iban a pedirle favores. Ricardo Carranza contó, por ejemplo, que muchos jóvenes de la zona que fueron a la Guerra del Chaco como soldados (1932-1935) pidieron al Señor Jesús de Gran Poder que les haga volver sanos y salvos.

Los devotos buscaron afanosamente un lugar más amplio para construir un templo para la Santísima Trinidad, incluso acudieron a las parroquias de San Sebastián, la capilla de Pura Pura y la Parroquia del Rosario, cuyos sacerdotes encargados se negaron a alojar el lienzo. Se dice que uno de ellos murió a los tres días, ¿castigado por el Señor del Gran Poder? Vaya uno a saber. Finalmente, se alquiló la casa de don Celso Mostacedo en la calle León de la Barra quien improvisó una capilla muy modesta. De allí pasó al domicilio de Plácido López y Braulio Salinas, ubicado en la misma calle donde se lo veneraba con oficios religiosos

Después de peregrinar por varios años, los devotos decidieron construir un templo dedicado a la imagen. Desde 1923 gestionaron la compra de un terreno en la calle Antonio Gallardo para construir un templo dedicado a la Trinidad de los tres rostros. Creció tanto la devoción a la Trinidad que los vecinos y devotos organizaron la fiesta bajo el sistema de “preste16” en la fecha correspondiente. Motivados por la fe, los creyentes celebraban misa en la parroquia del Rosario, luego salían en procesión por las calles llevando la imagen del Tata y acompañados de una tropa de misti sikuris hasta la zona de Ch’ijini.

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