Como ya se mencionó, la imagen del Señor de la Santísima Trinidad llegó hacia el año 1922 y después de una peregrinación por varios domicilios finalmente se fue a una capilla en la calle Antonio Gallardo. Por la cantidad de devotos que asistían a esa capilla, los vecinos de Ch’ijini promovieron la construcción de una parroquia en el mismo sitio, inaugurándose ésta en mayo de 1948. Allí la imagen permanece hasta hoy. Por eso ahora es reconocida como el Santuario del Señor Jesús del Gran Poder.
A fines de la década de 1930, el Monseñor Abel Antezana y Rojas, de la Orden de Agustinos Obispo de La Paz, propuso a los padres agustinos holandeses que se hagan cargo de la atención pastoral en el barrio de Ch’ijini, devotos Señor del Gran Poder, y les pidió fundar una nueva parroquia.
Para tal efecto los agustinos instalaron una pequeña comunidad en la calle Eloy Salmón y el padre Ireneo Otsen fue nombrado responsable de construir un nuevo templo parroquial. Él encontró un lote de terreno en el barrio llamado Bajo Ch’ijini, en la calle Max Paredes. Con la construcción del nuevo templo comenzó la “guerra por la imagen” del Tata del Gran Poder. La vecindad del antiguo templo se opuso tenazmente a que el lienzo del Señor Jesús del Gran Poder se trasladase a otra parte. Las tensiones iban en aumento a medida que avanzaba la obra. Los agustinos no sabían cómo parar el conflicto entre los dos bandos, incluso querían suspender la obra. Sin embargo, recibieron el apoyo del Nuncio de su Santidad, de personas influyentes y con recursos económicos de la ciudad quienes apoyaron al Padre Ireneo para que terminase la obra en la calle Max Paredes.
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