En la guerra por la custodia del lienzo y su traslado al nuevo templo, el fanatismo religioso llegó a tal extremo que hubo peleas, batallas campales, heridos, amenazas, excomulgaciones, hasta que el lienzo desapareció misteriosamente.
Luego se gestionó la compra del lienzo del Señor Jesús del Gran Poder por parte de los vecinos el 6 de julio 1943 (Testimonio N°2 de compra y venta de la imagen del Señor del Gran Poder, con registro en Derechos Reales) a su dueña, Juana Carrión, que lo vendió en favor de la Junta de Vecinos del Gran Poder en Bs 1000. Con ello, la junta sentó el precedente de propiedad frente a la iglesia (Testimonio de Compra y venta del 17, noviembre, 1940). Como consecuencia de estos conflictos, el obispo declaró en “entredicho” la capilla antigua, prohibiendo todo acto de culto y ceremonias
católicas en ella. La prohibición duró por lo menos cinco años con amenazas de excomulgación de directivos de la Junta de Vecinos. Finalmente, todos ellos llegaron a un acuerdo salomónico. El obispo aceptó las dos parroquias: la primera dedicada al lienzo original Jesús del Gran Poder de la calle Antonio Gallardo, donde hoy es el Santuario del Señor Jesús del Gran Poder (fundado en mayo de 1948), y la segunda parroquia de la Santísima Trinidad de la calle Max Paredes donde está una imagen de “bulto redondo” del Señor Jesús del Gran Poder.
Se dice que la construcción del nuevo templo en la calle Max Paredes tenía el objetivo de aplicar una pastoral más apegada a la doctrina católica que la que se estaba desarrollando en el templo antiguo, pues en éste los padres “eran tan permeables y flexibles a las costumbres de los indios aymaras que promovían fiestas paganas de presteríos promoviendo la borrachera” (Albó, 1996).
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